sábado, 24 de enero de 2015

Alimentos envueltos


Desde sus inicios, el hombre tuvo que procurarse el alimento para sobrevivir. En ese mismo momento comienzan a surgir necesidades de conservación, almacenamiento, transporte y envasado de los mismos.
El hombre primitivo debió desarrollar las primeras formas de almacenamiento y descubre técnicas básicas de conservación. Para esto desarrolló la alfarería, trabajó la madera, y utilizó cueros y vísceras de animales, junto con algunos vegetales. Descubrió que ciertos ambientes le eran más propicios que otros para la conservación del alimento y empleó técnicas rudimentarias para prologar el buen estado de los mismos. Visita http://diarium.usal.es/carlosrom
Estas técnicas primarias se mantuvieron durante un período extenso de nuestra historia, sin alcanzar grandes progresos.
Con la aparición de las técnicas de fabricación del vidrio, el perfeccionamiento de las formas de alfarería y cerámica,  el más eficiente manejo de la madera, el desarrollo de la hojalata, la evolución del papel y las formas de conservación de algunos alimentos (el invento del frigorífico), llegamos a fines del 1800 y principios del 1900.
En ese momento, fruto del progreso industrial se descubrieron nuevos tipos de materiales que luego serían la base del desarrollo de las formas actuales de envasamiento y que mejoraron notablemente las posibilidades de conservación, almacenamiento y transporte.

La aparición del popular Celofan,los plásticos en sus diversas formas, aluminio, cartones y diversidad de papeles, junto con la combinación de estos materiales, cambió notablemente nuestros hábitos y formas de consumo.
Los procesos masivos de envasado y de la producción de envases provocaron  que en esos momentos iniciales del desarrollo industrial del "packaging" surgiera la cuestión de  como influía el envase y los procesos de envasado sobre el alimento en sí, y por lo tanto sobre los consumidores.
Lo que 70 años atrás no era tenido en cuenta o era analizado superficialmente  fundamentalmente porque era algo nuevo y no existían antecedentes, es en nuestros días es un punto esencial dentro del desarrollo de un envase, sobre lo cual trabajan organismos públicos, empresas productoras de alimentos, productores de materias primas, fabricantes de envases y consumidores.
El "packging" actual involucra una cantidad enorme de materiales y por lo tanto de industrias asociadas a la producción y manufactura de los mismos, que se encuentra en una constante evolución.
Es importante que el consumidor de alimentos adquiera el conocimiento elemental para poder hacer su evaluación al momento de la compra de un producto y no sólo dejarse llevar por el impulso provocado por un envase "lindo", una fuerte campaña publicitaria o el precio.
En las próximas notas, desarrollaremos los conceptos básicos sobre la relación entre los envases y los alimentos, elementos fundamentales en el momento de decidir sobre la conservación o la compra de un alimento.

miércoles, 21 de enero de 2015

¿Qué es la psicoterapia?

Una de las preguntas más comunes en torno a la psicoterapia tiene que ver con la utilidad de la misma, es decir ¿para qué sirve específicamente? o ¿cuál es su finalidad?.
De ello se desprende otro interrogante que se refiere a ¿en que casos y en qué circunstancias es necesario este tipo de tratamiento?.
psicoterapia

En primer lugar, su finalidad es aliviar mediante la utilización de diferentes herramientas ciertas formas de sufrimiento. El ser humano manifiesta su sufrimiento de muy diferentes maneras, las cuales tienen que ver con sus características personales, su historia de vida, la situación que está atravesando, etc.
Una de las características del hombre es su intento por encontrar un motivo, una causa a sus padecimientos, a tal punto que en muchas ocasiones llega a preocuparse más por encontrar el porqué de dicho padecimiento en lugar de hacer algo con él. Puede ocurrir que encuentren motivos lógicos y justificables a sus dolencias, motivo por el cual no sienten la necesidad de una ayuda psicológica. Piensan que su dolor es justificable, como sería el caso de la perdida de un ser querido. Pero también hay quienes no se explican el motivo de su sufrimiento, lo vivencian como carente de sentido y no saben que hacer con él, o no saben como defenderse ante distintas situaciones que la vida les impone, o quizás pueden defenderse pero de un modo inadecuado, a un costo muy alto. Es en estos casos, donde un tratamiento psicoterapéutico resultaría favorable.
El planteo siguiente sería, ¿de qué manera?.Como expuse más arriba, preocupándose no solo de encontrar el "por qué" de cierto sufrimiento sino también ocuparse del "para qué"; es decir ¿para qué me sirve?, ¿Cuál es la ganancia posible? y ¿qué quiero hacer con ello?
En este camino por recorrer, el terapeuta acompañará a ir descubriendo dicho sentido, es decir orientará a despejarlo allí donde permanece inconsciente; reprimido o desplazado. A partir del Aquí y Ahora", de un encuentro de persona a persona , a través de la implementación de distintas herramientas destinadas a producir determinados cambios en la persona que sufre. Cambios, que lo ayuden a ver la realidad desde una óptica más flexible, que lo ayuden a encontrar alternativas ante un determinado conflicto, sin el peligro de caer en aquellas viejas soluciones intentadas y fracasadas, que lo ayuden a desplegar sus potencialidades y lograr una mayor congruencia entre lo que siente y lo que hace; es decir ayudar a la persona a vivir mejor.
En el caso de los desordenes de la conducta nutricional, la función del terapeuta junto al trabajo en forma interdisciplinario, es la de crear las condiciones de confianza suficientes para que el paciente pueda hablar sin ser juzgado, sentirse escuchado, respetado, comprendido, dejando de lado los juicios de valor y las posturas moralizantes pero principalmente que la persona encuentre la posibilidad de hallar en ese lugar donde se está desarrollando su existencia, un sentido, SU SENTIDO, que punten a orientarlo hacia su bienestar, a modificar hábitos nocivos, y mejorar su calidad de vida.
Este bienestar apunta a una integración de la mente, el cuerpo , y el espíritu pero por sobre todo implica una ELECCIÒN y depende de nuestra DECISIÒN. He encontrado una página muy útil.

martes, 20 de enero de 2015

Los pacientes y las terapias

El paciente es, especialmente, aquel sujeto que no cesa de no consultarnos amparado en la fantástica certeza neurótica de sentirse lo suficientemente bien como para, despues de todo, no estar tan mal.
En épocas en que la salud mental escasea, y los terapeutas abundan, la cura por la palabra atraviesa por una etapa de profunda desjerarquización.
En principio, la crisis en los ingresos de los potenciales pacientes reviste importancia, pero no es éste el tema a tratar.
Otra dificultad es el complicado proceso de inserción de los psicólogos en las formas habituales de prestaciones terapéuticas (obras sociales, prepagas, coseguros), pero tampoco es el punto.
Y simultáneamente algunas otras causas, que para peor, han coincidido en tiempo (¿y forma?) con lo antedicho.
Existe una grave confusión en el neófito sobre los alcances y formas de las prestaciones terapéuticas psicológicas. Personalmente, y fuera de los ámbitos específicos, me cuesta demasiadas palabras especificar que soy PSICÓLOGO (y no psicoanalista, Sr. Juez). Una leve verdad tal como que el psicoanálisis es una (y sólo una) de las formas de ejercicio de esta querida profesión. Tal vez la más difundida, y ocasionalmente, la única posible. Pero absolutamente nunca la única, y a veces contraindicada.
Sin embargo, los psicoanalistas han (¿hemos?) logrado que demasiadas cosas se vean a través del lente único de sus fundamentaciones teóricas. Y, consecuentemente, que muchos potenciales pacientes no hagan terapia, asustados por la duración, el costo, la frecuencia, y por un sinnúmero de cuestiones formales relacionadas con el encuadre que, si bien se han flexibilizado (maldito significante), siguen siendo un tanto discutibles.

paciente y terapias


He fatigado sillas, sillones, divanes, almohadones (y terapeutas) como paciente por más de mil quinientas horas ANTES de revistar como terapeuta. He atendido pacientes (muy pacientes) en los últimos catorce años. Tal vez ayudé a algunos, aunque algunas veces no sabría explicitar exactamente cómo, y a quienes.
Cuento en mi haber con muchas horas de un lado y otro del mostrador. Y tengo amigos en las dos veredas, que en realidad son muchas más que dos, porque (los dioses nos protejan) hay terapeutas que jamás han sido pacientes, ex pacientes que no son terapeutas, futuros pacientes de terapeutas que merecerían, más que nada y ante todo, ser pacientes, y, finalmente, gente sana.
Y en esas charlas informales con tanta singularidades mezcladas en esas cuestiones de la amistad, todos los que hemos sido, somos o seremos sujetos de la cosa freudiana, sistémica, transaccional, o lo que fuere, acordamos que si el azar, la salud o la voluntad hacen que en algún momento necesitáramos volver a ser sujetos de la terapia psicológica, dejaríamos en claro algunas cosas:

¿Cuánto durará el tratamiento?

Si falto y aviso, no pago.
Si falta y avisa, no pago, y no quiero recuperar la sesión el martes de dos a tres de la mañana.
Si falta y no avisa, idem.
Yo tomo mis vacaciones cuando puedo. Ud. tómelas cuando quiera. Yo no pago ninguna de las dos.

¿Ud. es Licenciado, Dr., psicopedagogo, psicólogo social, vidente, tarotista, parapsicólogo o qué? ¿Me muestra su diploma, por favor?

¿Me va a medicar? ¿Puede hacerlo? Si me deriva para ello, no pagaré honorarios profesionales adicionales.
Yo seré puntual. ¿Me promete lo mismo?

La terapia no es una relación entre iguales. En la realidad operativa, es una relación de verticalidad, por lo menos, y en el mejor de los casos, en los aspectos formales, que pueden democratizarse parcialmente con los ítems a) a h).
Y está bien que asi sea, aunque debería decirse que es la única forma posible. Porque no es igualitario aquello que no ha sido aún acordado como tal, (en el hipotético caso de ser posible), y finalmente, nada es igualitario sólo porque yo lo digo, ó por el mero hecho de su enunciación teórica. Los pacientes están a merced de nuestra idoneidad, (o de su falta), del mismo modo que estamos a merced de la idoneidad del piloto del jet comercial, del taxista de turno, del médico de guardia, o del pizzero de la esquina.